Todos los diputados del Congreso acudieron a la votación, con la que se logró sacar adelante la ley.

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Al segundo intento, el Pleno del Congreso de los Diputados aprobó ayer la reforma del sistema de elección de los altos cargos judiciales por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), propuesta por el Gobierno y gracias al apoyo de todos los grupos de la oposición salvo el PP. Los populares, entre gruesas críticas al Ejecutivo por lo que creen una «cacicada», anunciaron que derogarán la ley en cuanto recuperen el poder que perdieron en las elecciones generales de marzo.

«Esta Ley nace muerta, porque se va a aprobar con la oposición rotunda de sus destinatarios», dijo Astarloa, que acusó al PSOE de repetir esta votación «cuantas veces sea necesario hasta que se ha producido el resultado deseado». Esta afirmación encontró respuesta en las palabras de López Aguilar. «Sólo ha contado con el rechazo del Grupo Popular. No subestimo al PP, pero subestimo menos a la amplia mayoría del Congreso que ha dado respaldo a esta Ley», dijo el ministro.

En el día de ayer no se produjeron las ausencias que el pasado 25 de noviembre dieron al traste con los planes del Gobierno de aprobar la reforma. Después de que el proyecto haya vuelto a ser aprobado por el Consejo de Ministros, esta vez se presentaron los diputados necesarios para aprobar el nuevo sistema de elección de cargos judiciales en el CGPJ. Fueron 194 los votos a favor, muy por encima de los 176 necesarios, 137 en contra y hubo una abstención. El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, defendió la reforma ante el Pleno con argumentos muy similares a los de la primera ocasión y recordó que es «plenamente respetuosa con las reglas del juego establecidas por la Constitución». De hecho, recordó que el sistema que plantea ya se viene utilizando para los nombramientos que el CGPJ hace de magistrados del Tribunal Constitucional y ha funcionado, dijo, porque el Consejo «queda convocado a dialogar». Además, queda garantizado que no se haga «una vinculación mecánica de algunas candidaturas con respecto a determinadas siglas».

Sólo el PP se ha opuesto a esta reforma. Antes incluso de la votación del proyecto fue rechazada la enmienda a la totalidad que propusieron los populares, que anunciaron la derogación de esta reforma en cuando vuelvan a estar en el Gobierno. El diputado Ignacio Astarloa tachó lo sucedido de «patraña incomprensible», de «cacicada» y de «la firma del acta de defunción del talante» del Ejecutivo.

De hecho, todos los partidos mostraron su respaldo a la iniciativa en su turno de intervención. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, cree que el PP ha decidido «transformar la oposición política en desestabilización», y recordó que de los últimos 18 nombramientos de magistrados del Supremo que se han realizado, doce han sido a propuesta del PP. También muy crítico con el PP se mostró el portavoz de ERC, Agustí Cerdà, quien calificó la actitud de los populares de «show» y «circo».

La entrada en vigor de la reforma será de manera inmediata a su publicación en el BOE. Con esta reforma, el Consejo General del Poder Judicial necesitará una mayoría reforzada de tres quintos para aprobar los nombramientos de magistrados del Tribunal Supremo y de presidentes de Tribunales Superiores de Justicia.