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OTR/PRESS-VITORIA
Nuevo escándalo en el Parlamento vasco y nueva polémica en la aprobación de las cuentas del Gobierno autonómico. El Ejecutivo sacó adelante sus cuentas por un solo voto, debido a que una parlamentaria socialista, Irene Novales, no pudo votar. Para el PSE, se trata de «un pucherazo electrónico» y exige al Parlamento vasco una verificación del sistema de voto por parte de una empresa independiente. Pese a las quejas de los socialistas, el presidente de la Cámara, Juan María Atutxa, se negó a repetir la votación. En rueda de prensa se justificó en que Novales insertó «fuera de tiempo» la tarjeta que le permite votar en el Pleno.

Después de escuchar los argumentos de todos los partidos en favor de los presupuestos (PNV, EA y EB) y en contra (PP, PSE y Sozialista Abertzaleak), Atutxa dio la orden de proceder a su votación. La sorpresa saltó al contabilizar los votos: 37 a favor y 36 en contra. Las cuentas elaboradas por el Gobierno vasco, pese a que todas las previsiones apuntaban lo contrario, quedaban aprobadas. El portavoz del PSE, Rodolfo Ares, se levantó para reclamar de inmediato que se repitiera la votación, alegando que una parlamentaria socialista no había podido emitir su voto.

«Toda la Cámara ha podido comprobar la intención de voto de mi compañera», dijo. De hecho, en un primer momento el panel de cómputo de voto registró un empate a 36 votos, que inmediatamente cambió para reflejar la victoria del Gobierno vasco. Ares recordó que hay precedente en este sentido, pero Atutxa se negó a repetir la votación, aseguró que no se iba a producir «debate sobre esta cuestión» y calló a Ares recordándole que no se encontraba en el uso de la palabra.