El presidente del Gobierno, junto al secretario general del PSG-PSOE, Emilio Pérez Touriño. Foto: EFE

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se basó en las bondades que la Unión Europea (UE) ha traído a España, como es el caso de los fondos estructurales y de cohesión, para pedir ayer en Vigo un 'sí' «masivo y comprometido» en el referéndum del 20 de febrero «en favor de Europa y de su unidad».

Por su parte, el alto representante para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, afirmó que permanecer ajeno a la construcción europea es «una falta de coherencia de nuestra realidad política y social». «Se puede votar 'sí' o 'no', lo que no se puede es permanecer impasible», añadió.

Zapatero afirmó que los que apuestan por el 'no' a la Carta Magna europea «ni siquiera están convencidos y se les nota». Además, el rechazo en esta consulta significa «la nada, la resignación, la falta de alternativa y la falta de compromiso con una gran causa democrática que se llame paz».

«Con la UE y con la Constitución no habrá posibilidad de ver guerras ni ninguna dictadura en nuestro territorio». Además, agradeció que haya una mayoría de partidos que piden el 'sí' porque «es un acierto», aunque «dediquen tanto o más tiempo a criticar al Gobierno».

Además, considera que «sería una pena y una contradicción para los españoles el que dejáramos de interesarnos por una institución que nos ha acogido y en la que hemos participado intensamente». Solana manifestó que «el tratado es un paso fundamental en la construcción europea» y que «Europa ha sido un instrumento en nuestro progreso político, económico y social y que debe servir para que España siga avanzando junto con el resto de los socios».

A su juicio, la Constitución será aprobada por todos los países socios porque «los ciudadanos verán que con su voto pueden apoyar una Europa más influyente que sigue defendiendo unos valores muy queridos». Respecto al riesgo de que el Gobierno de Blair rechace el tratado, apunta que «una UE sin el Reino Unido es viable, porque nada es imposible, pero a Europa le faltaría algo».