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EFE/OTR PRESS-BARCELONA
Durante el pleno monográfico celebrado el jueves en el Parlament para debatir los hundimientos en el barrio del Carmel, Maragall acusó veladamente de corrupción a los dirigentes convergentes al asegurar que «el problema» de CiU «se llama tres por ciento», declaración que además llevó ayer a Josep Piqué (PPC) ha pedir la dimisión del presidente de la Generalitat. Ante ello, la Fiscalía ha decidido abrir diligencias para «acreditar la certeza y verosimilitud de un hecho del que podría deducirse un delito de malversación de caudales públicos, entre otros», y se ha dirigido al presidente del Parlament, Ernest Benach, para que le remita el acta de la sesión parlamentaria del jueves.

La decisión de la Fiscalía se produjo cuando se celebraba en el Parlament la segunda jornada del pleno extraordinario sobre el Carmel y en la que, tras el duro y crispado cruce de acusaciones que el jueves mantuvieron Maragall y Mas, ayer continuaron los reproches que sitúan las relaciones entre la Generalitat y la oposición en uno de sus peores momentos y que amenazan seriamente el consenso para la reforma del Estatut.

Si una vez analizada esa acta se abrieran diligencias para investigar «si ha podido producirse un comportamiento irregular de percepción de comisiones», la Fiscalía tendrá un plazo de seis meses prorrogables para presentar la correspondiente denuncia en los juzgados o archivar la causa.

El presidente de CiU, Artur Mas, ha amenazado primero con emprender «todo tipo de acciones legales y políticas» contra el presidente de la Generalitat y otros miembros del gobierno catalán, si no rectificaba y se disculpaba por sus palabras contra CiU. Ante la ausencia de esa disculpa durante la jornada, CiU decidió anoche querellarse contra Pasqual Maragall, el conseller de Obras Públicas, Joaquim Nadal, y el diputado autonómico de ERC Xavier Vendrell por haber calumniado, en sus declaraciones, a Convergència, si bien ha vuelto a dejar la puerta abierta a retirar las demandas si «rectifican».