La política catalana volvió a vivir ayer uno de los días más
convulsos de la historia reciente, con la primera querella que se
presenta contra un presidente de la Generalitat por un hecho
ocurrido en el Parlament y en el ejercicio de sus funciones y con
la tercera moción de censura desde la restauración de la
Generalitat.
El origen de la crisis deriva de las afirmaciones de Maragall
del pasado día 24, cuando el president aseguró en un pleno sobre el
barrio del Carmel que «el problema» de CiU es «el 3%», frase
interpretada como una acusación a que durante el gobierno de Jordi
Pujol se cobraban comisiones por adjudicar obras públicas.
La jornada comenzó con la presentación en el registro del
Parlament, poco antes de las diez, de una moción de censura contra
Maragall por parte del presidente del PPC, Josep Piqué, que no
prosperará al no ser respaldada por el resto de partidos. Piqué la
justificó en la «parálisis general» de Catalunya y en la «crisis de
confianza de la ciudadanía en el presidente de la Generalitat»
generada, a su juicio, tras la «falta de coordinación» en la crisis
del Carmel y la «imprudencia» al referirse al 3%.
Poco más tarde, a las 12,40 horas, CiU presentaba ante el
Tribunal Superior de Justicia de Catalunya una querella por
«injurias y calumnias» contra Maragall, que incluye un propósito de
retirarla si éste se retracta de sus insinuaciones de corrupción.
La querella se refiere a un «presunto delito de calumnias con
publicidad» y de otro «presunto delito de injurias graves con
publicidad» y va dirigida no sólo a Maragall, sino también al
portavoz del gobierno catalán, Joaquim Nadal, y al diputado de ERC
en el Parlament Xavier Vendrell.
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