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Millones de personas recordaron ayer en numerosas concentraciones silenciosas a las 191 personas asesinadas el 11 de marzo de 2004 en los atentados terroristas de Madrid. Una de las más emotivas fue la realizada en la estación de Atocha a primera hora de la mañana cuando a las 7.35 se guardaron cinco emotivos minutos de silencio en recuerdo de las víctimas de la barbarie de terrorista.

Uno de los afectados por la explosión de aquel día espetó a los políticos que no tenían vergüenza porque «un año después las cosas siguen igual». La emoción contenida se vio desbordada cuando una joven, que el pasado año vivió en primera persona el suceso, sufrió una crisis de ansiedad, por lo que tuvo que ser atendida por sanitarios del Samur.

La normalidad fue la tónica general en todas las líneas de Renfe, aunque pasajeros y trabajadores reconocían que un año después se hace muy difícil olvidar.

A las 7.30 de la mañana la estación de Atocha de Madrid estaba sumergida en la vorágine cotidiana, excepto por un detalle. En el Anden 2 un corrillo de autoridades recordaba la matanza de hace un año allí mismo. El alcalde la capital, Alberto Ruiz Gallardón, y la portavoz del grupo municipal socialista, Trinidad Jiménez, vestidos de riguroso luto miraban al suelo y guardaban silencio esperando que dieran las 7.37, hora en la que se produjo la primera explosión.

La presencia de políticos y periodistas en el andén era observada con atención por muchas personas que a esa hora utilizan el servicio de Cercanías. Los ciudadanos presentes también guardaron respetuosamente los cinco minutos de silencio.