Los Reyes de España presidieron la inauguración del Bosque de los
Ausentes en el Palacio del Retiro de Madrid, en homenaje a las
víctimas de los atentados del 11-M. Don Juan Carlos y Doña Sofía
colocaron una corona de flores blancas en recuerdo de todas las
víctimas del terrorismo, en medio de un estremecedor silencio, sólo
roto por una joven violonchelista que se encargó de tocar «El cant
dels ocells». Junto a los monarcas, más de una veintena de jefes de
Estado y de Gobierno que han participado en la Cumbre sobre
Democracia, Terrorismo y Seguridad que se ha celebrado esta semana
en la capital de España.
Don Juan Carlos y doña Sofía llegaron acompañados de los
príncipes de Asturias; del presidente del Gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero; de la presidenta de la comunidad de Madrid,
Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto
Ruiz-Gallardón. El Rey y Zapatero encabezaron la comitiva que, con
paso lento y semblante serio, llegó hasta el lugar señalado para
homenajear a las víctimas del 11-M con cinco minutos de silencio,
ante los 192 olmos y cipreses que les representan.
La ceremonia se caracterizó por su sencillez. Sólo la ofrenda
floral de don Juan Carlos y doña Sofía, que depositaron una corona
de flores blancas con una cinta azul con el lema «A todas las
víctimas del terrorismo», el silencio y la pieza «El cant dels
ocells», que una joven sevillana, Blanca Coines, interpretó con su
violonchelo. Esta pieza es la misma que tocó Pau Casals cuando en
1971 fue reconocido en la ONU como «Hombre de Paz»
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