El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela,
aseguró anoche durante la homilía en el funeral por las víctimas
del 11-M celebrado en la Catedral de la Almudena, que el terrorismo
«nunca tendrá la última palabra» al tiempo que pidió «vencer el mal
con el bien», realizó una llamada a la esperanza, e invitó a las
autoridades y a la sociedad a «mirar» hacia las víctimas y sus
familias para su consuelo «espiritual y material». La Familia Real
al completo, el presidente del Gobierno y las primeras autoridades
de las instituciones españolas asistieron a este oficio, junto con
algunos de los familiares de los fallecidos hace un año.
En las filas de la derecha estuvieron presentes familiares de
las víctimas. En los aledaños de la Catedral, centenares de
personas que no pudieron acceder a la misma permanecieron en la
calle durante la homilía, rindiendo así su particular homenaje a
los fallecidos en los atentados. Los últimos en llegar fueron los
ocho miembros de la Familia Real, todos de riguroso luto. Los Reyes
de España, don Juan Carlos y doña Sofía; los príncipes de Asturias,
Felipe de Borbón y Letizia Ortiz; los duques de Lugo, la infanta
Elena y Jaime de Marichalar; y los duques de Palma, la infanta
Cristina e Iñaki Urdangarín, fueron recibidos, según el protocolo,
por Rouco Varela a la entrada del templo, al cual accedieron bajo
el sonido organístico del himno de España y leves aplausos de los
asistentes al funeral.
El cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Antonio María Rouco
Varela ofició el funeral junto con el maestro de ceremonias, Andrés
Pardo, y acompañado del Nuncio de la santa Sede en España, monseñor
Manuel Monteiro, del presidente de la Conferencia Episcopal,
monseñor Ricardo Blázquez, y de una veintena de obispos. El acto
comenzó con el oficio eucarístico al tiempo que el coro 'Virgen de
la Almudena' entonaba una pieza de Réquiem en tono fúnebre de Tomás
Luis de Victoria.
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