Ayer se reunió la comisión del 11-M, que volverá a citarse el próximo 5 de abril.

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La comisión del 11-M ha entrado en su fase final y lo hace envuelta en polémica. El PSOE y los partidos minoritarios rechazaron todas las peticiones de comparecencia que presentó el PP. Su portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, aseguró que se utilizarán todas las vías que permita al Reglamento para seguir investigando, lo que no se ha abordado en la comisión porque «benefició» al PSOE.

Se espera recibir la documentación solicitada en las próximas semanas, por lo que se ha fijado la próxima reunión el 5 de abril. Los grupos parlamentarios tendrán hasta el día 19 de ese mes para presentar sus propuestas de conclusiones, con el objetivo de que el dictamen final se apruebe en el Pleno del Congreso antes de que termine el actual periodo de sesiones, el 30 de junio. El portavoz del PSOE en la comisión, Alvaro Cuesta, aseguró que esta «amenaza» no es más que «una nueva estrategia de filibusterismo parlamentario» y una actitud «desleal con la democracia». En este sentido, dijo no entender el empecinamiento de los populares con llamar a declarar a los confidentes, que, recordó, «están acusados de colaborar y cooperar con los terroristas en el 11-M».

Los socialistas, por su parte, piden explicaciones al PP. Dicen no entender la «intoxicación irresponsable» de los populares y les preguntan si se deben a pactos que han alcanzado con los confidentes.

El PP había registrado una veintena de comparecencias, es decir, todas las que había pedido hasta ahora que se admitieron por la comisión del 11-M. Entre ellas, destacaban las de seis confidentes y personas relacionadas con ellos, uno de los cuales incluso se encuentra huido de la Justicia. Pero la comisión decidió no ceder a ninguna de ellas, con el voto de todos los partidos menos el Popular y CiU, que se abstuvo como ha hecho siempre. De esta forma, la comisión entra ya definitivamente en su fase de conclusiones.

Zaplana aseguró que ni al PSOE «ni a sus socios» les preocupa lo sucedido entre el 11 y el 14 de marzo de 2004, porque de eso no se ha investigado nada. «Como lo que se hizo esos días benefició a los que hoy gobiernan es mejor taparlo», explicó, convencido de que podrían destaparse «responsabilidades políticas».