Los líderes de los partidos catalanes se reunieron ayer en el despacho del presidente del Parlament catalán.
La segunda cumbre de líderes políticos catalanes para la reforma del Estatut constató ayer la voluntad del tripartito y de CiU de definir el texto antes del 30 de julio y aprobarlo en septiembre, pese a las reservas del PPC, que ha impedido que la reunión se cerrara con una declaración conjunta y se negó a apoyar que en el preámbulo del Estatut figure que «Catalunya es una nación». Tras cuatro horas de reunión en el Parlament, la ausencia de una declaración conjunta ha llevado al conseller de Relaciones Institucionales, Joan Saura, a actuar en lugar del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, como portavoz de una cumbre con pocos acuerdos concretos pero avances en la voluntad de que haya Estatut.
Esta tercera cumbre tratará de forma prioritaria una de las piedras angulares de la reforma estatutaria, como es la financiación autonómica, ya que en la reunión de ayer sólo se ha constatado que los principios de esta cuestión deben figurar en el Estatut, pero no se ha concretado nada más al respecto. Los protagonistas de la reunión han sido el presidente Maragall, el del Parlament, Ernest Benach, el jefe de la oposición, Artur Mas (CiU), la presidenta del PSC en el Parlament, Manuela de Madre, el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, el del PPC, Josep Piqué, y el de ICV y conseller de Relaciones Institucionales, Joan Saura.
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