Moratinos habló por teléfono, desde Tokio, con su homólogo
filipino, Alberto Rómulo, y con la madre de Larrañaga, para
«transmitirles la seguridad de que el Gobierno español hará todo lo
que esté en su mano ante las instancias que correspondan», es
decir, que solicitará el perdón presidencial, según la fuente.
«Es lo que queda», agregó la fuente, dando a entender que,
«desde el más profundo respeto a la independencia de los poderes»
de Filipinas, es la opción que queda por plantear para evitar la
ejecución de Larrañaga.
Por su parte, el ministro filipino, al igual que en la
conversación que ya había mantenido con Moratinos el pasado
viernes, se declaró consciente de la sensibilidad del Gobierno y el
pueblo españoles por este caso, y aseguró tener «muy presente el
deseo de mantener relaciones privilegiadas con España».
El día 22 el Tribunal Supremo de Filipinas desestimó el recurso
de reconsideración que habían presentado los abogados de Larrañaga,
de 26 años (y encarcelado desde 1999), y confirmaron la pena de
muerte por inyección letal que pesa sobre él y sobre otras tres
personas. Larrañaga, de madre filipina y padre español, fue
condenado por el secuestro y asesinato de dos hermanas de la ciudad
filipina de Cebú en 1997, aunque él alega que hubo irregularidades
durante el proceso.
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