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La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, afirmó ayer que «ningún medio hubiera podido detener la tragedia» del incendio de Guadalajara, dado que se produjo «un fuego de explosión», con condiciones especiales de viento, humedad y temperatura.

Narbona hizo estas afirmaciones durante su intervención a petición propia en el Congreso para explicar los hechos y actuaciones del Ministerio de Medio Ambiente en el incendio que se declaró en Riba de Saelices (Guadalajara) y en el que murieron 11 personas y después de que en la Cámara se guardara un minuto de silencio en recuerdo por las víctimas.

Las condiciones especiales a que hizo referencia la ministra son «más de 30 grados de temperatura, viento de más de 30 kilómetros por hora y una humedad de menos del 30%», que hacen que «los incendios sea muy difíciles de detener».

Narbona insistió en que hubo una «comunicación permanente entre las dos administraciones» y entre los equipos humanos, pero agregó que el hecho de que fallecieran once personas «hace de este incendio una ocasión inaplazable para un cambio de respuesta» a los incendios.

«Ha llegado la hora de actuar en la lucha contra el fuego. Las condiciones de este verano, el cambio climático y el dolor por las víctimas deben unirnos» para «dar la respuesta que los ciudadanos esperan».