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El supuesto «número dos» del aparato militar de ETA y jefe de los comandos de esta organización terrorista, Harriet Aguirre García, fue detenido ayer en Francia, justo un año después de la captura del presunto máximo líder de la banda, «Mikel Antza», y su compañera, «Anboto».

En el registro de la vivienda que aún continúa, se han hallado dos pistolas, dos subfusiles, dos escopetas, un Cetme, un lanzagranadas, material electrónico y útiles para robar vehículos. Se halló además información sobre un piso en la vecina localidad de Brive-la-Gaillarde, que desencadenó ayer otra operación policial que concluyó sin resultados, puesto que estaba vacío.

Aguirre, de 26 años, fue detenido al amanecer, junto a Idoia Mendizábal, de 28, y a Alberto Garmendia Lacunza, en una casa de Arpajon-sur-Cere, una pequeña localidad de las afueras de Aurillac, en Cantal.

El trío dormía cuando los agentes de la División Nacional Antiterrorista (DNAT) y del Servicio Regional de la Policía Judicial de Clérmont-Ferrand irrumpieron en la vivienda, por lo que la operación policial les pilló por sorpresa y no opusieron resistencia.

Añadieron que la casa había sido alquilada por ETA en marzo pasado y los tres, que no se sabe exactamente desde cuándo se habían instalado allí, estaban siendo vigilados desde hace varias semanas. La operación policial, efectuada en estrecha cooperación con Madrid, se activó ayer en aplicación de una comisión rogatoria lanzada por la juez antiterrorista parisiense Marie-Antoinette Houyvet. En el interior de la casa, los agentes han encontrado un pequeño arsenal, así como material informático y abundante documentación, que debe ser analizada, mientras que en el garaje aledaño había un coche que había sido robado en Francia en mayo pasado, con sus correspondientes placas de matriculas falsas.