Foto de grupo de los 35 países europeos y del Mediterráneo representados en la cumbre de Barcelona.

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La aprobación del documento final, tras largas horas de negociaciones en las que árabes e israelíes chocaron frontalmente sobre la diferenciación entre terrorismo y resistencia legítima a la ocupación, fue presentada por los líderes de la UE como el principal logro de la Cumbre Euromediterránea que ayer se celebró en Barcelona. Los socios euromediterráneos aprobaron además un programa de trabajo a cinco años que abarca todas las áreas de cooperación con la UE, incluido un apartado centrado en la inmigración ilegal y el medio ambiente.

Rodríguez Zapatero consideró que «es un hecho sin precedentes que más de 30 países del área mediterránea hayan aprobado un código de conducta contra el terrorismo». Para el presidente francés, Jacques Chirac, supone «una gran movilización», que repercutirá «en un incremento de la cooperación policial y judicial».

Los dirigentes no lograron, sin embargo, ponerse de acuerdo sobre una declaración común, ante las diferentes visiones del conflicto de Oriente Medio, con el trasfondo de la ocupación israelí de los territorios palestinos. Pese a que ese documento no pudo salir adelante, el primer ministro británico, Tony Blair, que copresidió la reunión con el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, calificó la cumbre de «éxito incontestable» por la importancia de los otros dos documentos aprobados.

El texto final fue acordado después de que se obviara una definición del terrorismo, que Argelia, Siria y Líbano insistían en diferenciar de la resistencia legítima contra la ocupación. El documento proclama que «el terrorismo nunca puede ser justificado», e incluye una condena total «en todas sus formas y manifestaciones y nuestra determinación a erradicarlo y a combatir a sus patrocinadores», además del rechazo a cualquier intento de asociarlo «con ninguna nación, cultura o religión».

Entre las pautas a seguir para combatirlo, enumera «el rechazo del asilo a los terroristas y la denegación de cobijo de acuerdo con la ley internacional», además de un «intercambio de información sobre una base voluntaria». Alude a que es preciso no olvidar las raíces del problema y sostiene que si los Gobiernos quieren tener éxito en su erradicación «tenemos que tener en cuenta sus causas».

También expresa el compromiso de trabajar para concluir una Convención Internacional sobre el Terrorismo, «incluida una definición legal de los actos terroristas antes del final de la 60 sesión de la Asamblea General de la ONU». Al inaugurar ayer los trabajos de la cumbre, el Rey dijo que la prioridad de la Región Euromediterránea es una paz justa y duradera, por lo que es necesario «la cooperación reforzada contra las nuevas amenazas a la seguridad de nuestros pueblos» y «la lucha operativa y eficaz contra el terrorismo».