Los micrófonos instalados en la sesión plenaria de la Cumbre
euromediterránea de Barcelona jugaron ayer una mala pasada al
presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, evidenciando
que las cosas para acordar un texto de compromiso no van muy bien y
que la Presidencia británica está a punto de «tirar la toalla».
Dirigiéndose a Carles Casajuana, su director del área internacional
de Moncloa, Zapatero pidió «cerrar» un texto «como sea». «Los
textos no van muy bien, estamos intentando cerrar algo», le dijo
Casajuana al presidente quien a su vez respondió con un «¡hay que
cerrar, hay que cerrarlo como sea, vamos!».
Los micrófonos permitieron también escuchar a Casajuana valorando
la actitud de los israelíes. «Lo que pasa es que los israelíes
están intratables y no aceptan un texto desde hace seis meses y los
otros están tan tranquilos porque dicen que es culpa de Israel»,
explicó Casajuana a Zapatero.
El asesor de Zapatero le dijo también que igual le tenía que
pedir hacer una «gestión» con el primer ministro británico, Tony
Blair. «Igual te tengo que pedir que hagas una gestión con Tony
Blair, ellos están por tirar la toalla», añadió Casajuana.
Y es que el Gobierno español batalló hasta el último minuto para
lograr un acuerdo de mínimos en los tres documentos de trabajo que
se negociaron en la Cumbre Euromediterránea de Barcelona. Las
reuniones diplomáticas que se prolongaron durante horas, durante la
noche/madrugada del domingo al lunes apenas suavizaron las
posiciones enfrentadas en torno a una definición común de
terrorismo y el conflicto israelo-palestino. Desde el Gobierno se
quiso valorar el hecho, por ejemplo, de que el secretario de Estado
de Asuntos Exteriores, Bernardino León, apenas conciliara el sueño
durante dos horas y que el jefe de la Diplomacia, Miguel Àngel
Moratinos, tuviese ya a las 7:00 de la mañana una reunión de
trabajo.
Por tanto, las diplomacias española y británica iniciaron la
mañana con el objetivo de consensuar puntos mínimos de acuerdo y la
advertencia a israelíes y árabes de que «no se irían de la Cumbre»
sin antes haber aprobado el Código de Conducta, principal resultado
de esta cita con la que se conmemora el décimo aniversario del
Proceso de Barcelona ya que por primera vez Israel y sus vecinos
árabes suscriben un texto de estas características.
Así las cosas, los micrófonos instalados en la sesión plenaria
de la Cumbre jugaron la mala pasada a Zapatero al inicio de la
reunión evidenciando que las cosas para acordar un texto de
compromiso no iban bien.
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