Aunque la reforma del Estatut ha sido el centro de la actualidad
política de los últimos meses, algunos dirigentes del PP temen que
este asunto acapare el protagonismo de la Convención Nacional de
marzo. En este sentido, algunos de ellos se muestran partidarios de
abrir nuevas líneas de oposición ante un posible acuerdo del resto
de formaciones en torno a un Estatut que quede suficientemente
«recortado». Por ello, insisten en que la Convención puede ser el
escenario adecuado para marcar nuevas vías de oposición.
La Convención Nacional del PP tendrá lugar el 3, 4 y 5 de marzo,
y, según anunció Rajoy en una intervención pública, servirá para
elaborar «un nuevo proyecto político» que actualice las líneas
básicas del partido. El secretario general de los populares, Àngel
Acebes, ya comenzó a trabajar en la preparación de este evento en
septiembre y adelantó que se desarrollarían trabajos por materias
específicas, en un intento de dar respuesta a los «retos y
desafíos» que preocupan a los ciudadanos.
«El mundo ha cambiado y hay que pensar en lo que puede ocurrir
en España en los próximos 20 años», señaló Rajoy. Entre esos
«problemas», Acebes incluyó la convivencia, la seguridad, la
globalización o los grandes retos de la economía española en
cuestiones como la energía, la estabilidad y el medioambiente, así
como el futuro de Europa.
Una de las pruebas de que Rajoy concede gran relevancia a la
Convención de marzo es que, aprovechando su reciente presencia en
Bruselas con motivo de la reunión del Partido Popular Europeo
previa a la Cumbre ha hecho gestiones personales para que el
ministro de Interior francés y presidente de la Unión por un
Movimiento Popular (UMP), Nicolás Sarkozy, acuda a la misma.
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