La ponencia del Congreso que dictaminará el nuevo Estatuto catalán
se constituyó ayer en una sesión de la Comisión Constitucional en
la que socialistas y convergentes reiteraron su defensa del texto
pactado, ERC insistió en su negativa a apoyarlo y el PP volvió a
lanzar duras críticas contra la reforma.
En su intervención inicial, el presidente de la Comisión,
Alfonso Guerra, hizo un llamamiento al diálogo y pidió y ofreció a
los grupos políticos «sentido común» para «superar las posiciones
previas».
Guerra, que aludió al consenso constitucional de 1978, recordó
que en torno a esta reforma «ha habido una gran polémica», se
comprometió a proteger todas las opiniones y a garantizar que se
expresarán con libertad, pero al mismo tiempo pidió colaboración
para que todos «hagan uso de su libertad, eviten la descalificación
del oponente y tengan voluntad de acordar».
Por su parte el líder del PP, Mariano Rajoy, sentenció ayer que
«vamos a defender aquello en lo que creemos», al ser preguntado
sobre la postura que mantendrá su partido en la ponencia del
Estatut en el Congreso de los Diputados. Rajoy insistió en que el
acuerdo «es muy malo para todos los españoles y muy especialmente
malo para los ciudadanos de Cataluña, a los que se le imponen un
sinfín de deberes que no tienen parangón en ningún otro país de la
UE».
A ese respecto el presidente de la Sala de lo Penal de la
Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, remitió ayer un oficio
al presidente de este órgano judicial, Carlos Dívar, en el que
confirma las informaciones periodísticas relativas a que el
presidente de la Sección Cuarta de la Audiencia, Fernando Bermúdez
de la Fuente, intentó recoger el pasado viernes firmas de los
funcionarios de su departamento para el referéndum sobre el Estatut
que pretende el PP. Tras intentar con poco éxito la recogida de
firmas, dejó sobre las mesas algunos impresos por si cambiaban de
opinión.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.