El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó
ayer su deseo de que la nueva Ley de Solidaridad con las víctimas
del terrorismo que el Gobierno piensa presentar al Parlamento antes
de junio, sea fruto «del más amplio consenso».
En la sesión de control parlamentario de ayer, y en respuesta a
una pregunta del coordinador general de IU, Gaspar Llamazares sobre
qué pensaba hacer el Ejecutivo en pro de las víctimas del
terrorismo, Zapatero recalcó que éstas «han recibido directamente
dolor y horror de los que intentan imponer a través de la violencia
sus tesis en la sociedad», y que «sin duda merecen afecto,
solidaridad, reconocimiento y respeto».
«Sin duda alguna, el conjunto de la sociedad española tiene muy
presente su memoria, que constituye un elemento determinante del
proceso de consolidación democrática y que estará siempre en lo que
representa el esfuerzo colectivo por que la libertad y la
democracia en todos los ambitos sea la única regla de juego en
materia política y de futuro de los ciudadanos», expuso el
presidente del Gobierno.
Más allá
Zapatero explicó que el Ejecutivo está «dispuesto a dar un paso más
allá» con la nueva Ley de Solidaridad. «Deseamos -dijo- que sea
fruto del más amplio consenso de esta Cámara. Quizá sea un buen
momento para que nos una, como nos ha unido siempre, el espanto
ante el terror y la solidaridad con las víctimas, que es lo que
desean todos los españoles».
Llamazares, por su parte, denunció que en los últimos días se ha
escuchado «las voz de las víctimas al mismo tiempo que la
utilización política de su voz», y se refirió a un colectivo de
15.000 personas en los que faltan algunos que fueron objeto de
atentados en los años 80.
Resaltó Llamazares que esta «voz» tiene «deficiencias», como que
se carece de «registros» y que no todos los centros de atención
funcionan. Por ello, reclamó una nueva norma «para separar las
voces de los ecos».
«Hay que distinguir los ecos de la voces, de quienes usan el
dolor de las víctimas, que dicen que las víctimas acusan al
Gobierno de claudicación, que niegan su legitimidad y que sostienen
que las víctimas dividen a gobernantes de ciudadanos, como si
fueran diferentes», indicó el portavoz de IU, quien recordó también
las conclusiones del reciente Congreso Internacional de Víctimas,
celebrado en Valencia, que resumió en la frase «dignidad, memoria y
justicia».
Tras el llamamiento a la unidad que hizo el lunes la presidenta
de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Mayte Pagazaurtundua,
las cosas no han cambiado mucho. La única voz conciliadora ha sido
la del ministro de Defensa, José Bono, quien pidió a PSOE y a PP
«un ejercicio de generosidad, porque la verdad no la tienen ningún
partido de manera absoluta». El enfrentamiento quedó patente, por
ejemplo, durante la comparecencia en comisión del Congreso del
ministro de Justicia.
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