El sacerdote, junto a Begoña Lasagabaster, diputada de Eusko Alkartasuna, con quien se reunió ayer.

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El sacerdote católico norirlandés Alec Reid aseguró ayer en Madrid que es posible un acuerdo de paz que acabe con el terrorismo de ETA, mediante una mesa de partidos que podría reunirse en septiembre, en los primeros meses de 2008. Lo dijo en el Foro de la Nueva Sociedad, en una intervención con muchos mensajes.

Reid afirmó que el futuro del proceso de paz pasa ahora por la constitución de una mesa de partidos. Ahora, dijo, es el momento de contactos discretos para pactar los detalles técnicos de ese foro en torno al mes de junio. La primera reunión de la mesa podría producirse en septiembre y sus trabajos podrían prolongarse durante 12 o 18 meses. Según este calendario, en los primeros meses de 2008, antes incluso de las próximas elecciones generales, podría haber un acuerdo de paz.

En esa mesa, Reid está convencido de que debe estar sentada Batasuna. «Si no, no sería democrática», afirmó. Y si el PP no quiere estar en este foro, advirtió que sus intereses no estarán representados, pero trató de acercarse a los 'populares' al afirmar que podrían ser «los mejores pacificadores en la mesa». «Espero que vengan, creo que vendrán y que ayudarán mucho», dijo, aunque ahora mismo ve al principal partido de la oposición «muy dividido» en esta materia. Reid aseguró que ha intentado hablar con la dirección del PP en dos ocasiones, la última hace dos meses a través de un hombre que calificó como «un santo», e incluso que escribió «una carta muy larga» a la que no ha recibido respuesta.

Quien no debería sentarse en la mesa, según Reid, son las víctimas del terrorismo, a menos que constituyeran un partido político. Esta afirmación no es un desprecio a las víctimas, todo lo contrario, ya que aseguró que este colectivo debe ser «la inspiración» de toda labor mediadora, tanto en su caso en Irlanda del Norte como en el futuro en el País Vasco. ETA tampoco debería estar en esa mesa, ya que, afirmó Reid, hace cuatro años la propia banda le admitió que no eran portavoces del pueblo vasco y que ese papel correspondía a los partidos.

De lo que sí está convencido Reid es de que la actual «no es una tregua trampa». La banda, explicó, deseaba abrir el camino a la negociación desde 2001, pero ha empleado los últimos cuatro años en convencer a sus bases. Esa voluntad, añadió, quedaba clara con las manifestaciones de Batasuna a favor de un proceso político. «No lo habría dicho si no supieran que ETA estaba de acuerdo», explicó. Reid aseguró que no se puede pedir ahora el desarme, porque «una organización como ETA tiene que dar los pasos uno a uno». Lo que sí debe hacer es poner fin a «toda actividad», incluyendo la extorsión.

Reid no quiso hablar de las conversaciones que ha mantenido a lo largo de los últimos años y apeló a la confidencialidad para no aclarar si ha entablado contactos con el Gobierno. Sí dijo que ha hablado con el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, con el peneuvista Gorka Aguirre y con Arnaldo Otegi y Pernando Barrena.