La Audiencia Nacional condenó ayer al dirigente de Batasuna Arnaldo Otegi a quince meses de cárcel y siete años de inhabilitación como autor de un delito de enaltecimiento del terrorismo por haber participado de una forma activa en un homenaje al dirigente etarra José Miguel Beñaran, «Argala», en 2003.
Esta condena, que se suma a otra de un año de cárcel pendiente de ejecución que le impuso el Tribunal Supremo por un delito de injurias al Rey, podría haber supuesto el ingreso en prisión de Otegi de haberlo solicitado el fiscal, al superar ambas los dos años de prisión.
Sin embargo, el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, anunció que no pedirá el ingreso en prisión del portavoz de la ilegalizada Batasuna, dado que la sentencia de la Audiencia Nacional puede ser recurrida ante el Supremo y que la condena que ayer se le ha impuesto es inferior a dos años de prisión.
Santos, quien actúa como fiscal jefe de la Audiencia Nacional en funciones hasta la toma de posesión de Javier Zaragoza, explicó que por «razones de prudencia» no se va a solicitar «ninguna medida» para la aplicación de la sentencia, ya que, al poder ser recurrida, todavía no es firme.
El teniente fiscal, que ejerció la acusación en el juicio al portavoz de Batasuna, aseguró además que no hay riesgo de fuga ni de reiteración delictiva por parte de Otegi, y consideró que esta sentencia es «independiente» de su situación en la causa en la que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska investiga la relación de la formación 'abertzale' con ETA.
Santos precisó, no obstante, que, en el caso de que el Supremo confirmara la sentencia de la Audiencia Nacional, esta condena se sumará a la de un año de cárcel que le impuso el Alto Tribunal por un delito de injurias al Rey, a quien llamó en 2003 «jefe de los torturadores».
Ambas condenas sumarían más de dos años y ello supondría que Otegi tendría que ingresar en prisión.
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