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La reforma laboral beneficiará a más de 250.000 desempleados y reducirá un veinte por ciento, es decir, en «al menos un millón de personas», el volumen de empleo temporal del mercado laboral, aseguró ayer el ministro de Trabajo, Jesús Caldera.

Caldera defendió que la reforma es «importante y ambiciosa», pero «lo más importante es que cambiará la cultura de la contratación de este país» porque desde ahora «saldrá más caro» contratar de manera temporal, mientras que el empleo indefinido será «más productivo para las empresas y el país».

El ministro Caldera hizo esta precisión en la rueda de prensa posterior a la reunión de ayer en el Consejo de Ministros, que aprobó el Real Decreto Ley de la reforma laboral, un texto consensuado con los sindicatos CCOO, UGT, CEOE y CEPYME y firmado en el Palacio de La Moncloa el pasado 9 de mayo de este mismo año.

El Decreto entrará en vigor inmediatamente -aunque la mayor parte de las medidas no se pondrán en marcha hasta el 1 de julio- y será remitido al Congreso de los Diputados para su convalidación, donde se tramitará como proyecto de ley (lo que permite a los grupos parlamentarios introducir enmiendas).

El ministro dijo que el texto es «coherente» porque profundiza en las reformas iniciadas en 1997 y conjuga «instrumentos novedosos» para limitar el encadenamiento de contratos temporales, con medidas como bonificaciones al empleo indefinido.