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El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, advirtió de que «se han ampliado» los desequilibrios que afectan a la economía española, lo que la hace más vulnerable ante perturbaciones, al tiempo que volvió a alertar sobre el alto endeudamiento de familias y empresas.

En su último discurso ante el Consejo de Gobierno de la institución monetaria, antes de su relevo en el mes de julio, el actual gobernador achacó los altos precios españoles no sólo al encarecimiento del crudo, sino también a la inflación subyacente (que excluye del índice general la energía y los alimentos frescos), cuyo diferencial con la zona euro ha subido «más que el del índice general».

Caruana se despidió del Consejo de la institución con un discurso en el que alertó de los citados problemas y advirtió también de que el «retraso» en la adopción de reformas en el sistema público de protección social impide aumentar el Fondo de Reserva para pensiones, esencial para afrontar el envejecimiento de la población.

La inflación ha provocado un incremento de los costes laborales, a lo que haya que añadir el impacto de los aumentos salariales pactados por convenio. Todo ello, dijo, ha repercutido en un bajo aumento de la productividad, perjudicial sobre todo para los sectores que compiten en el exterior. Alertó de que las familias siguen aumentando sus gastos a un ritmo mayor que sus ingresos, con lo que han de recurrir al crédito, que supera ya el 110 por ciento de su renta disponible bruta.

A medio plazo, la situación podría no ser tan halagüeña, dado que el crecimiento del endeudamiento de las familias va aparejado a una disminución de su capacidad de ahorro, lo que les hace estar cada vez más expuestas «a variaciones desfavorables de su renta, del precio de los activos y del coste de financiación», advierte la institución.