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AGENCIAS-MADRID/BARCELONA
El presidente del PP, Mariano Rajoy, se mostró ayer preocupado por que Zapatero esté «empecinado en el error» que supone el nuevo Estatut de Catalunya, en tanto que el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, le acusó de haber abandonado la «vía democrática».

El presidente del partido en Catalunya, Josep Piqué, señaló que tras la aprobación del texto, «la propia imagen de Catalunya ha quedado malparada», mientra que Rajoy criticó que el presidente del Gobierno «presuma de lo bien que le han salido las cosas cuando su proyecto político de liquidar la España constitucional de 1978 ha sido refrendado sólo por el 35 por ciento del electorado», y consideró que «empecinarse en el error es más grave aún que cometer el error».

Los resultados del referéndum sobre el Estatut enfrentaron una vez más a los principales dirigentes del PP y del PSOE, ya que mientras los primeros pidieron al Gobierno que no entre en vigor, ya que su «proyecto político estrella» recibió «un serio varapalo por parte de la sociedad catalana», los segundos estimaron que esa sugerencia sólo la puede hacer «un autoritario».

Tras la ejecutiva federal del PSOE, Blanco reclamó a Rajoy que «admita las reglas del juego» y respete la decisión de los ciudadanos, y pidió a los votantes y militantes del PP que «corrijan la deriva antidemocrática» de Rajoy y de los dirigentes 'populares' de no aceptar los resultados de las urnas porque, de lo contrario, su derrota en las elecciones será «todavía más contundente».

La ejecutiva de ERC consideró «legítimos» los resultados del referéndum pese a la abstención y al hecho de que no le gusten, admitió como un error el haber tardado demasiado tiempo en decidir el 'no' y lamentó que la coincidencia formal con el PP le haya perjudicado. Según el presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, pese a ser la tercera formación política, a Esquerra «le ha faltado fuerza para administrar el tramo final de la negociación del Estatut» y «evitar el recorte producido en el texto».

El presidente de CiU, Artur Mas, admitió que le hubiera gustado que la participación hubiera sido más alta, pero pidió «no despreciar» a los que fueron a votar, que fueron tantos como los que se quedaron en casa, y que «dijeron de forma indiscutible que Catalunya quería un nuevo Estatut».

El presidente de ICV, Joan Saura, reiteró su satisfacción por los resultados del referéndum, remarcando la «victoria contundente y rotunda» del 'sí', y aseguró que la cifra de participación «no es ninguna catástrofe».