Por contra, el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, aseguró ayer que la operación es entendida por «los ciudadanos de Euskalerria» como «un ataque nítido y frontal a las esperanzas de paz».
El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó que las detenciones no afectan «en nada» al proceso abierto tras el alto el fuego de ETA, y añadió que en la investigación que culminó con los arrestos practicados ayer «no hay ningún dato significativo que impida continuar con el proceso de paz que el Gobierno pretende seguir desarrollando».
«En todo caso -puntualizó Rubalcaba- lo que sí se pone de manifiesto claramente con esta operación es que ni jueces ni policías permanecen de brazos cruzados».
Otegi, que ofreció una conferencia de prensa en San Sebastián, opinó que lo que estos arrestos pretenden ocultar es que el Gobierno «no tiene un problema con la izquierda 'abertzale', sino con un pueblo que es una nación y que tiene derecho a decidir».
Otegi insistió en que las detenciones «no se corresponden» con el proceso abierto, y se preguntó por qué razón los miembros del Ejecutivo consideran «una buena noticia» esta operación judicial.
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