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El ex presidente del PNV Xabier Arzalluz opinó ayer que se está intentando criminalizar a su partido con investigaciones abiertas contra diversos responsables como el «caso Atuxta» o el de «Ibarretxe» y planteó que «puede llegar el momento en que impugnemos la Constitución y no la acatemos».

Arzalluz declaró durante más de una hora como testigo ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska en relación con las investigaciones sobre el aparato de extorsión de ETA, arropado por miembros de la cúpula del PNV, como Josu Jon Imaz, Josu Erkoreka, Margarita Uría y Emilio Olabarria.

El ex presidente del PNV explicó a los medios de comunicación que el magistrado y el fiscal habían estado «amables, correctos y hasta exquisitos». «Es la primera vez que acudo a una citación de un juez, y como todo esto a mí me sabe a tribunal de orden público, he venido con muchísima prevención», dijo.

Arzalluz mostró su preocupación por «la situación de la Justicia en general con nosotros» e hizo alusión a las investigaciones abiertas contra Atutxa o Ibarrretxe, que, opinó, «nos pone frente a la Justicia en una situación de sospecha de que hay más que Justicia, ahí hay política».

«Tengo que insistir en la preocupación de la politización en general de la Justicia y en qué puede terminar esto», dijo Arzalluz, quien añadió que «esta situación nos lleva a un extremo en que si ya no hemos aprobado la Constitución pero la acatamos, y si siguen las cosas por este camino, pienso que puede llegar el momento en que impugnemos la Constitución y no la acatemos».

A la pregunta de si considera que se está criminalizando al PNV, Arzalluz dijo que «sí, se está intentando» y opinó que la ley antiterrorista «no va contra ETA, va contra el nacionalismo, y estamos preocupados mientras subsista esa ley y mientras subsistan esas intenciones».