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El Rey nombró presidente del Gobierno a Adolfo Suárez González el 3 de julio de 1976, una fecha de la que se cumplen hoy 30 años y que marcó el definitivo inicio de la Transición hacia la democracia, bajo el impulso de la Corona.

Suárez se convirtió en la figura máxima de la nueva política del consenso, que culminó con la aprobación de la Carta Magna, el 6 de diciembre de 1978.

Sólo unos meses después de la muerte de Francisco Franco, Don Juan Carlos decidió la sustitución de Carlos Arias Navarro por el entonces ministro Secretario General del Movimiento, Adolfo Suárez, que se convirtió en hombre de confianza del Rey e impulsor de la reforma política que acabó con la dictadura.

Mientras algunos sectores manifestaron su rechazo por considerar que no era la persona adecuada para lograr un sistema democrático en el país, Suárez, amigo personal del Rey, fue la apuesta del Monarca, quien para poder elegirle presionó por medio de Torcuato Fernández Miranda y logró que fuera incluido en la terna que proponía el Consejo de Reino.

El 5 de julio tomaba posesión de su cargo ante el Rey y, al día siguiente, se dirigió por televisión a todo el país: «El Gobierno que voy a presidir no representa opciones de partido sino que se constituirá en gestor legítimo para establecer un juego político abierto a todos. La meta última es muy concreta: que los gobiernos del futuro sean el resultado de la libre voluntad de la mayoría de los españoles».

Sin embargo, su nombramiento fue cuestionado. La revista «Cuadernos para el Diálogo» publicó un editorial en el que decía que «una vez más la política se ha hecho de espaldas al pueblo», mientras que el diario británico «The Times» consideró que era «una victoria del ala derecha de los reformistas, deseosos del desmantelamiento de la dictadura pero manteniendo fuertes lazos con el pasado».