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OTR/PRESS-ESTRASBURGO
El Parlamento Europeo condenó ayer la dictadura de Francisco Franco. Lo hizo con una declaración institucional que leyó su presidente, Josep Borrell, quien dijo que éste era un medio de «no repetir los errores de ayer» y de rendir homenaje a las víctimas de la Guerra Civil y de la represión posterior. El Partido Popular Europeo no se sumó a esta condena, como tampoco lo hizo la ultraderecha.

Borrell dio lectura a la declaración institucional, en la que se se afirma que con el golpe de Estado que dio Franco el 18 de julio de 1936 se frustró «la gran esperanza» de la Segunda República» y se inició «una guerra larga y cruel» en España». Este conflicto, añadió, fue «la primera gran batalla de la Segunda Guerra Mundial, banco de pruebas de una guerra futura que devastaría Europa».

La guerra y posterior dictadura dejó a España «ajena al proceso de democratización y de reconstrucción de Europa», fuera del Plan Marshall porque «el régimen militar les fue útil en la Guerra Fría a los norteamericanos y se olvidaron de liberarnos».

No obstante, la declaración fue objeto de polémica. La idea surgió de una pregunta oral a la Comisión y al Consejo que firmaron 200 diputados, incluyendo todos los españoles menos los del PP. Al final se decidió que el acto quedara en una declaración institucional del presidente del Parlamento Europeo y un posterior debate. Y en ese debate quedó de manifiesto que no todos los europarlamentarios respaldan el texto. Jaime Mayor Oreja intervino en nombre del PPE y no llegó a utilizar la palabra «franquismo» en toda su intervención, ni se refirió al régimen ni tampoco mencionó el golpe de Estado de 1936.