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El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, junto con autoridades civiles y la cúpula militar en pleno, rindió un homenaje de despedida al soldado Jorge Arnaldo Hernández, muerto el sábado en un ataque a las tropas españolas en Afganistán, en un funeral marcado por la sobriedad. La ceremonia se celebró en la sede de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares (Madrid) y durante la misma el presidente del Gobierno consoló a la viuda del fallecido, impuso, a título póstumo, la Cruz al Mérito Militar con distintivo amarillo al militar muerto y entregó a su viuda la bandera, la boina paracaidista y la condecoración.

La ceremonia comenzó con la llegada del presidente del Gobierno, hacia las 10 horas, quien charló durante unos minutos con la viuda, Zaida Vilma Jiménez, quien siguió el funeral entre sollozos junto con dos cuñados de la víctima, uno de ellos también legionario paracaidista de la Bripac.

Entre los asistentes a las honras fúnebres se encontraban el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y la cúpula militar en pleno, encabezada por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Félix Sanz Roldán, el presidente del PP, Mariano Rajoy, y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre.

Una compañía de honores de legionarios paracaidistas con bandera, banda y música se encargó de hacer los honores durante el acto, que también contó con un homenaje a los que dieron su vida por España, que se desarrolló bajo la canción «La muerte no es el final».