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El líder del PP, Mariano Rajoy, reconoció que España «no se ha roto», pero avisó de que «en no mucho tiempo» habrá un «Estado inviable» y señaló que su partido pretende «evitar la mutación confederal a la que nos aboca el modelo pactado» por el Gobierno con los nacionalistas.

Rajoy basó su discurso de clausura del Campus FAES en Navacerrada en una defensa de la idea de España, ahora «debilitada» debido al Gobierno socialista, y en plantear la alternativa que el PP ofrece para «arreglarlo» de cara a las elecciones generales de 2008.

En este sentido, subrayó que las palabras «España y libertad», «menospreciadas por Zapatero», se convertirán en el eje del proyecto político popular con motivo de esos comicios.

Dijo querer que España «recupere su energía como proyecto nacional» por «patriotismo y sentimiento cívico» y alertó de que «si dejamos que España se debilite y se difuminen los contornos del Estado, puede dejar de ser la nación europea que conocemos».

Destacó que Zapatero «ha materializado» su «renuncia a la España constitucional» y recordó que hace un año dijo que el jefe del Gobierno «iba a afrontar el desmantelamiento del Estado dentro de una España convertida en un decorado de cartón piedra». «Esa España va camino de cobrar forma definitiva», advirtió. En su opinión, «se ha iniciado el cambio del modelo de Estado de espaldas al sentir de la inmensa mayoría de los españoles».

Como ejemplos citó el Estatuto del Empleado Público que «no se podrá aplicar de momento en Cataluña», la Ley de Gobiernos Locales que elabora el Ministerio de Administraciones Públicas y la Ley de Universidades que lleva a cabo Educación.