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EFE-BARCELONA
La candidatura de Jordi Hereu para sustituir a Joan Clos como alcalde de Barcelona ha sido criticada por CiU y PP, que ven en su elección una política continuista, mientras que ERC e ICV, socios de gobierno municipal del PSC, condicionan su apoyo a un mayor diálogo y participación.

El todavía alcalde Clos dedicó ayer su comparecencia ante la prensa a agradecer su elección como futuro ministro de Industria, mientras el que se perfila como su sucesor -pendiente de la aprobación oficial del PSC- ha comprobado ya cómo los líderes de ERC e ICV ponen algunas condiciones para respaldarle y garantizar la «estabilidad» del gobierno local.

Hereu, quien ha anunciado que aceptará con «entusiasmo e ilusión» este nombramiento, que atribuye a un paso más en el «relevo generacional emprendido por el PSC», se ha mostrado convencido de que se alcanzará un nuevo acuerdo con sus socios de gobierno.

Para el todavía portavoz municipal, aceptar este cargo supone una «decisión coherente» en su trayectoria «de ofrecer servicio a la ciudad», y ha puntualizado que, a corto plazo, el objetivo será «renovar la Alcaldía» y que la ciudadanía, en general, le conozca, aunque no ha querido hablar de la posibilidad de encabezar la lista del PSC en las municipales de 2007.

El nombramiento de Hereu podría hacerse firme la próxima semana en un pleno extraordinario en el que también se aceptaría la renuncia de Clos, que asumirá el cargo de ministro tras el Consejo de Ministros del próximo 8 de septiembre.