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«Una broma siniestra». Así calificó ayer el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, la comparación entre la situación que viven los procesados por los atentados del 11-M en España con la de los presos en la prisión estadounidense de Guantánamo. Una comparación que la semana pasada realizaron los abogados de los acusados por los atentados de Madrid para denunciar la falta de medios materiales para afrontar un proceso con garantías.

Para el titular de Justicia, la actitud mostrada por los abogados de oficio del 11-M es una «provocación inaceptable» y advirtió que no aceptará «pulsos individuales». Señaló que en esta polémica su interlocutor no es otro que el Colegio de Abogados de Madrid, encargado de los turnos de oficio en los tribunales ubicados en Madrid como la Audiencia Nacional, y «en ningún caso» abogados particulares encargados de defender a los procesados.

En el marco de dicho proceso, ayer las defensas de cuatro de los 29 acusados -entre ellos la de Emilio Suárez Trashorras- solicitaron la anulación del auto de procesamiento dictado contra ellos por el juez Del Olmo al carecer de motivación.

Y para ilustrar sus reivindicaciones, los abogados no dudaron en comparar -desde el punto de vista de los medios materiales- la situación de los imputados por el 11-M con la de los presos de Guantánamo. Una comparación que López Aguilar calificó de «broma siniestra».