Los etarras Asier Ormazábal (i) y Francisco Javier Gallaga, durante el juicio celebrado ayer en la Audiencia Nacional.

TW
0

EFE-BILBAO
Seis meses después del alto el fuego de ETA, las posibilidades de lograr la paz se mantienen, pese al aumento de la violencia callejera y de la pretensión de ETA de condicionar el proceso a una mesa de partidos que decida el futuro político vasco.

Si, cuando anunció la tregua, ETA afirmaba que «la superación del conflicto» era su «deseo» y su «voluntad», el último de sus mensajes, fechado el 18 de agosto, constataba una «evidente situación de crisis» y advertía de que, «si siguen los ataques a Euskal Herría, responderá».

Pese a reconocer las dificultades, el Gobierno considera que el proceso de diálogo con ETA se ajusta a las previsiones de su «hoja de ruta» y que sigue intacta la esperanza de paz.

Así lo han expresado a Efe fuentes del Ejecutivo tras medio año de alto el fuego de ETA, que se cumple hoy, sin que hasta ahora haya trascendido si han tenido lugar o no contactos entre el Gobierno y ETA.

La organización terrorista, por su parte, ha ido radicalizando sus mensajes en los cinco comunicados que ha hecho públicos desde el pasado 22 de marzo.