El Parlamento Vasco celebró ayer el pleno de política general que abre el curso político, justo el día en el que se cumplen seis meses del anuncio de ETA de alto el fuego, de manera que el proceso de paz centró el debate.
Varios aspectos del proceso acapararon la discusión: la legalización de Batasuna, la puesta en marcha de una mesa de partidos, la vigencia del llamado plan Ibarretxe y la transferencia de las prisiones.
Para lograr la legalización, el lehendakari propuso una solución en la que «Batasuna presentaría unos nuevos estatutos» y el Gobierno se comprometería «a dar garantías jurídicas a Batasuna, bien modificando aquellos aspectos de la Ley más difícilmente defendibles en Europa, o bien mediante otra fórmula de interpretación jurídica previamente pactada».
La fórmula fue rechazada tanto por el PSE como el PP. El socialista Patxi López pidió al lehendakari que «mantenga la confianza» en el presidente del Gobierno, a la vez que advirtió a la izquierda abertzale de que debe «deslegitimar la violencia».
María San Gil (PP) recordó a Ibarretxe que fue investido como lehendakari con el apoyo de EHAK-PCTV, «la marca legal de Batasuna», por lo que consideró que Ibarretxe tiene «una deuda con ese mundo que pretende que la paguemos entre todos».
Además, el lehendakari sostuvo que es necesario ya abordar el «diálogo multilateral» para preparar la mesa de partidos sobre la normalización política.
Ibarretxe encontró el apoyo de los grupos de su Gobierno para reivindicar la urgencia de esta mesa. Así, el portavoz del PNV, Joseba Egibar, dijo que «los partidos vascos teníamos que estar pactando el derecho a decidir, porque esa es la clave de la resolución del conflicto, con o sin banda ETA».
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