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El ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, durante su intervención en la cumbre de ministros celebrada en Madrid para tratar el tema de la inmigración, respondió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que el miércoles en el Congreso dijo que «no le servía lo que decía el ministro del Interior francés después de lo que habían visto en los barrios de París» asegurando que no pretende dar lecciones a España pero que tampoco quiere recibirlas.

El ministro abandonó la cumbre sin hacerse la foto de familia. La vicepresidenta del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, clausuró la reunión haciendo un nuevo llamamiento al trabajo conjunto.

Sarkozy insistió en que las regularizaciones masivas son un error «porque llevan consigo un efecto llamada». «Francia lo experimentó con una regularización masiva en el año 1997 y eso condujo a una explosión de solicitudes de asilo así que no es la solución. Hace falta que juntos veamos cuál es la buena solución, que no es regularizar a todo el mundo».

«Una persona regularizada en España tiene derecho a entrar en Francia, así que no es raro que decidamos juntos, eso es Europa. Creedme. No doy lecciones ni tampoco me gusta que me las den», dijo el ministro. «Hablar está bien. Pero actuar está mejor», subrayó.