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EFE-BARCELONA
El histórico dirigente del PSUC y de ICV Antoni Gutiérrez Díaz murió ayer a las 13.00 horas en el hospital Mutua de Terrassa, donde se encontraba en estado de coma después de haber sufrido un paro cardíaco el pasado sábado en Santiago de Compostela.

La familia desea un funeral privado, por lo que no se prevé entierro público ni capilla ardiente, aunque el Gobierno catalán podría celebrar un acto institucional en su memoria.

Gutiérrez Díaz, que tenía 77 años, sufrió una parada cardiorrespiratoria el pasado 30 de septiembre mientras se encontraba en Santiago, adonde había acudido para pronunciar una conferencia, y fue ingresado inicialmente en la UCI el Hospital de Conxo.

Una vez estabilizadas las constantes vitales, «Guti» fue trasladado el jueves a Terrassa a petición de la familia, donde le constataron una encefalopatía postanóxica.

El pasado 3 de octubre, el Gobierno catalán le otorgó la Medalla de Oro de la Generalitat por su «trayectoria cívica y política al servicio de Cataluña» y por su labor en la «lucha por la democracia» y «la recuperación de las instituciones nacionales».

La trayectoria de «Guti», «estrechamente vinculada al Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) y a los procesos democráticos de este país», propició que el Ejecutivo catalán le diera esta condecoración, recordó su portavoz Joaquim Nadal. El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, José Montilla, lamentó este fallecimiento y señaló que «ha muerto un amigo y un hombre de izquierdas» que estaba acostumbrado a «nadar contracorriente». Por su parte, la Generalitat lo definió como «uno de los antifranquistas más destacados» de Catalunya, y el presidente del PP catalán, Josep Piqué, destacó que «desde sus ideas contribuyó de manera importante a hacer posible el marco de convivencia que entre todos nos quisimos dar después de la Transición».