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En medio de una gran expectación y rodeados de cámaras y flashes, Isabel López Cidad y Manuel Escribano, dos de los tres peritos imputados por un delito de falsedad en relación a un informe que relacionaba a ETA con los atentados del 11-M, declararon ayer en calidad de testigos ante la titular del Juzgado de Instrucción número 35 de Madrid, Gemma Gallego, en calidad de testigos. Los peritos admitieron ante el juez Baltasar Garzón que lo alteraron para darle apariencia de oficial.

Precisamente la defensa de los imputados solicitará que la juez Gallego acumule todas las actuaciones relativas al 'informe del ácido bórico'.

Las defensas de López Cidad y Escribano están preparando un escrito de personación que presentarán ante el juzgado Decano de Madrid, que es el encargado de enviar los casos a reparto, y al que ayer llegaron las actuaciones en las que el juez Baltasar Garzón imputó un delito de falsedad en documento oficial a los tres peritos policiales, después de que el magistrado decidiera inhibirse del caso.

Los imputados solicitarán la acumulación de esta causa a la que ya instruye la juez Gallego contra sus superiores, que sea declarada la nulidad de todo lo actuado hasta el momento por Baltasar Garzón, al contravenir el artículo 238 de la Ley orgánica del Poder Judicial que establece que serán nulos de pleno derecho las actuaciones que se realicen ante un tribunal con falta de jurisdicción o de competencia objetiva o funcional o se realicen bajo violencia o intimidación.

Una nube de fotógrafos y cámaras de televisión esperaban a Escribano y López Cidad a su salida del juzgado de Instrucción. De hecho esta última abandonó las instalaciones de Plaza de Castilla con el rostro cubierto para evitar los objetivos. Ambos comparecieron ante la juez Gallego en calidad de testigos en el marco de la querella presentada por la Asociación de Ayuda a los Afectados del 11-M, que se dirige varios de sus superiores.