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El gobernador del Banco de España, Miguel Àngel Fernández Ordóñez, auguró ayer que la economía crecerá algo más del 3,5 por ciento registrado el año pasado, y aunque estimó una «ligera desaceleración» en 2007, valoró que ya se haya iniciado un «reequilibrio» en el patrón de crecimiento.

En su primera comparecencia en el Congreso tras su nombramiento, Fernández Ordóñez valoró la bonanza económica y la creación de empleo en España, aunque reconoció la persistencia de riesgos como el déficit exterior o la inflación, y reclamó un mayor esfuerzo en las políticas estructurales para que el crecimiento se sostenga a medio plazo.

El discurso del nuevo gobernador fue calificado de «atenuado» por el principal grupo de la oposición, el PP, que lamentó que el ex secretario de Estado de Hacienda no utilizase la «crudeza» adecuada al referirse a algunas cuestiones o al analizar la gestión del Gobierno, según el portavoz popular, Miguel Arias Cañete.

Fernández Ordóñez pidió en su intervención que no se dramatice sobre la situación económica de las familias españolas y apuntó que los hogares que están endeudados son «una minoría» -el 40 por ciento-, aunque reconoció que se trata de un tema «importante», especialmente para los jóvenes, que en su mayoría han firmado préstamos de elevada cuantía y merecen, por ello, «toda nuestra atención y preocupación».