Por su parte, el presidente del Partido Popular en Canarias, José Manuel Soria, reiteró sus críticas a la «regularización masiva» emprendida por el actual Gobierno, al que responsabilizó de ese «disparate».
Las razones del descenso de cayucos responden, por una parte, a juicio de Caldera, a una «mayor implicación» de los países subsaharianos en las negociaciones con el Estado español y de la Unión Europea y, por otra, al impulso de las vías para la contratación «legal» de las personas inmigrantes «que sean necesarias dentro de nuestro mercado laboral».
Así, entiende el dirigente socialista «que se producirá un descenso notable de las llegadas de embarcaciones irregulares», y tachó de «hipócritas» a «los que afirman que hay un efecto llamada en la inmigración porque un país tenga un ley u otra».
Acompañado del delegado del Gobierno, José Segura, y varios mandos policiales, el ministro alabó el comportamiento «ejemplar» de los servicios de acogida, la Policía Nacional, Guardia Civil, Salvamento Marítimo, Cruz Roja, «que han sabido estar a la altura, pues a todos los que han llegado a Canarias se les han respetado sus derechos, incluso, «en una situación de emergencia cuando los agentes han tenido que doblar sus turnos».
«Ya era hora de que viniera por aquí el señor ministro de Trabajo, el señor Caldera, después del disparate que cometió en el año 2005 con esa regularización masiva», afirmó, y quiso recordar que «en aquel momento el señor Caldera dijo que no importaban ese tipo de regularizaciones porque los inmigrantes no leían el Boletín Oficial del Estado».
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