Mariano Rajoy y la número dos por Barcelona de la lista del PPC, Montserrat Nebrera, ayer en L'Hospitalet de Llobregat.

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CARLES ESCOLÀ-BARCELONA
Los partidos, y en especial los candidatos con más posibilidades de gobernar, José Montilla (PSC) y Artur Mas (CiU), afrontan la campaña catalana que se inició la pasada medianoche con la idea -así lo dicen los sondeos- de que no habrá mayorías absolutas y de que serán imprescindibles los pactos postelectorales.

Por su parte, CiU afronta las elecciones con el único objetivo de recuperar la Generalitat tras el mandato del tripartito de izquierdas y evitar a toda costa que PSC, ERC e ICV-EUiA revaliden de nuevo su mayoría parlamentaria, debido a su convencimiento de que, si pueden, volverán a gobernar.

El PSC de Montilla concurre a los comicios con la intención de mantener la presidencia de la Generalitat, después de que Pasqual Maragall haya decidido no volver a presentarse. Montilla ha asumido el reto y ha asegurado que seguirá la «estela» de su predecesor y mantendrá el proyecto catalanista del PSC, pero también ha dejado claro que quiere gobernar con «menos hipotecas» tras una legislatura con una gran inestabilidad que ha acabado un año antes de lo previsto.

Los socialistas catalanes, que en las pasadas elecciones autonómicas obtuvieron contra pronóstico cuatro escaños menos que CiU, quieren despertar del letargo electoral a muchos simpatizantes socialistas que acuden a las urnas en las generales pero no en las autonómicas.