Jordi Pujol y Artur Mas, en la reunión que ayer mantuvo la dirección nacional de Convergència i Unió.

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El presidente de CiU, Artur Mas, se encargará, a partir de hoy, de dirigir dentro de su formación los contactos con PSC y ERC en busca de ese «gobierno estable» y con «capacidad de interlocución con el Gobierno central para desplegar el Estatut» al que se comprometió ayer.

También fue esa la estrategia seguida por Mas siendo conseller en la negociación con el Gobierno del PP para pactar el último modelo de financiación autonómica el verano de 2001.

Mas ha tomado las riendas de la negociación que discurrirán, por parte de la federación nacionalista, en un plano pretendidamente discreto, según confirmaron a Europa Press fuentes de la federación nacionalista.

Así, CiU seguirá el estilo negociador en el que Artur Mas se siente más cómodo y que pasa por evitar tener a los medios de comunicación en las puertas de una sala de reuniones.

Mas tiene el convencimiento de que la discreción es su principal baza, tal y como demostró durante la negociación del Estatut, en la que antes de la 'foto' del 21 de enero con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo hasta cinco encuentros 'discretos' con el jefe del Ejecutivo central.

La miel puede durarle poco a CiU, cuyo recorrido para formar gobierno está seriamente amenazado por los partidos que han formado el tripartito y cuyos errores de gestión han provocado un adelanto electoral. El primero que pidió esta posibilidad abiertamente fue el líder de ICV, Joan Saura, que pidió al PSC y ERC que se pronunciaran «claramente» sobre la reedición del pacto para un gobierno «catalanista y progresista».