Mas ha denunciado que ni PSC ni ERC quisieron entrar a negociar un pacto, pese a que a los socialistas les ofrecieron «la mitad de los consellers y la consellería primera» y a los republicanos, «la consellería primera y un tercio del nuevo gobierno».
Tras reunirse ayer por la mañana la cúpula de CiU, la ejecutiva de CDC y la comisión permanente de Unió, Mas compareció por la tarde ante los medios con el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, para subrayar que el socialista José Montilla, pese a ser «el candidato que sacó el peor resultado» electoral y convertirse en el «gran perdedor de los comicios, será el nuevo presidente gracias a los pactos de despacho entre unos cuantos dirigentes».
Preguntado sobre por qué rechaza hacer autocrítica por su «arriesgada» campaña electoral, sin concesiones a PSC ni ERC, Mas dijo que repetiría esta línea de campaña y que no ha quemado «ningún puente» con estas dos formaciones, sino que el problema es que el tripartito «ya estaba cocinado».
Según Mas, esta «maniobra de ocupación del poder por el poder, para impedir a cualquier precio que CiU gobierne aunque gane las elecciones», implica una «merma de la calidad democrática» y causa «una clara decepción, frustración» y desafecto hacia la política.
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