Un vecino observa la fachada de la sede social del PSE en Barakaldo, atacada ayer con artefactos incendiarios.

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OTR PRESS/EFE-MADRID
No habrá avances en el proceso de paz mientras continúe la violencia y mientras ETA no explicite su voluntad de abandonarla. Después de que Arnaldo Otegi asegurara el sábado que «la pelota está en el tejado del Gobierno», ayer el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero reiteró su mensaje de manera contundente.

«Con violencia, el proceso no puede avanzar», insistió la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández la Vega, y añadió que «no se puede ser, estar y actuar sino es dentro de la Ley». En su opinión, para lograr la paz sería necesario que todos los demócratas actuasen juntos en la misma dirección. De la Vega recalcó que en este proceso el Gobierno cuenta con el apoyo de «casi todas las fuerzas políticas» y «de la gran mayoría de la sociedad española» y con respaldos «dentro y fuera» del país, pero «el principal partido de la oposición sigue empeñado en utilizar la lucha por la paz como un tema de confrontación política».

La vicepresidenta acusó al Partido Popular de querer «confundir a la ciudadanía» y de «sembrar incertidumbre», lo que aseguró que el Gobierno no va a permitir porque esta postura «es triste», «desleal» e «irresponsable».

Pero desde las filas populares no opinan lo mismo e insisten en pedir al presidente del Gobierno que reconozca su error y termine con el «diabólico» proceso de paz que ha emprendido. El presidente del PP en Andalucía (PP-A), Javier Arenas, aseguró que la banda terrorista «no quiere la paz, sino la independencia», y añadió que existen dos caminos. Por un lado, «el camino de darle la razón a ETA y no poder mirar a los ojos a las víctimas», aclaró, mientras que se refirió al «otro camino», el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, suscrito por los dos grandes partidos en el año 2000.