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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, señaló ayer que este año terminará con un crecimiento de la economía española del 3,8%, y con un superávit de las Administraciones Públicas del 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB). Zapatero dijo también que 2006 finalizará con 700.000 nuevos empleos, y con una inflación «moderada, del 2,5 ó el 2,6%».

Asimismo, y tras señalar que en lo que va de año se han creado 581.000 empleos y 2006 acabará con 700.000 nuevos, auguró para 2007 la creación de otros 600.000, hasta llegar a tres millones al final de la legislatura.

El jefe del Ejecutivo atribuyó estos buenos datos a la «gran capacidad y dinamismo de los empresarios y trabajadores españoles» y al «rigor y seriedad con los que el Gobierno aplica sus políticas».

Zapatero auguró que en 2007 y 2008 la economía continuará creciendo por encima del 3%, mientras que la inflación «seguirá reduciéndose en 2007», lo que demostrará que «la escalada del precio del petróleo no ha producido espirales en otros productos y, por tanto, la inflación subyacente -que excluye la energía y los alimentos frescos- está contenida».

Tras recordar que la tasa de actividad supera ya la media de la UE-25, y la de paro está en la media de la Unión, Zapatero aseguró que la reforma laboral está dando sus frutos y en cuatro meses ha transformado en indefinidos más de 390.000 contratos temporales.

El jefe del Ejecutivo quiso subrayar que en el crecimiento económico han sido «determinantes» tanto la mayor incorporación de la mujer como la incorporación de la inmigración al mercado de trabajo.

«Estas nuevas fuerzas han aumentado también nuestro potencial de crecimiento en los años venideros», dijo Zapatero, quien aseguró que la inmigración «ha elevado significativamente la población en edad de trabajar y la tasa de empleo, y ha favorecido que otras personas, fundamentalmente mujeres, participen activamente en el mercado laboral».