Los bomberos trabajan día y noche durante las 24 horas en el párking de la T4.

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Los familiares de los dos ecuatorianos que continúan desaparecidos tras el atentado del aeropuerto de Barajas del pasado sábado trataron ayer de identificar el lugar donde aparcaron sus vehículos para que las labores de su búsqueda se intensifiquen en esa zona. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, acompañó a los parientes de los desaparecidos -Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate- al lugar donde estalló la furgoneta-bomba colocada por ETA, a petición de los propios allegados, que se encuentran alojados en un hotel próximo al aeropuerto.

Pasado el mediodía, en el aeropuerto, la búsqueda de los desaparecidos proseguía con la ayuda de dos perros especializados en la detección de personas entre los escombros del módulo del aparcamiento, que ha quedado prácticamente destruido.

Rubalcaba señaló que los familiares «han intentado reconocer dónde dejaron sus coches», por lo que se incentivará la búsqueda en la zona, y recalcó que se está trabajando «día y noche» y al «máximo ritmo» para retirar los escombros, aunque recordó que ese ritmo se ralentiza porque debe «ser compatible con el hecho de que pueda haber personas con vida». En todo caso, agregó que «la esperanza, evidentemente, es remotísima».

Los bomberos que trabajan en el desescombro llegaron ayer por la mañana a la zona del «núcleo de la explosión», según informó el director de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Alfonso del Alamo, quien apuntó que allí no se han encontrado restos de los vehículos, algo «lógico» porque pudo haber desplazamientos por la onda expansiva.

Un total de 18 bomberos del Ayuntamiento han trabajado durante la noche y seguirán haciéndolo en turnos de 24 horas, siempre en presencia de la Policía Científica, para intentar llegar hasta los desaparecidos. Desde ayer por la mañana han salido del aparcamiento de la T-4 un total de 90 camiones con entre 900 y 1.200 toneladas de escombros.