Las medidas que atenúen la situación penitenciaria de De Juana en ningún caso podrían llevar a que se concediera el tercer grado, ya que eso es imposible desde el punto de vista jurídico, puesto que tras recurrir su condena ante el Tribunal Supremo es aún considerado preso preventivo, y no está clasificado. Dichas medidas pueden ir desde la puesta en libertad provisional hasta otras de «prisión atenuada», como puede ser un arresto domiciliario sometido a vigilancia policial o incluso la colocación de una pulsera electrónica. Su abogado, Alvaro Reizabal, presentó ayer un escrito pidiendo su libertad por razones humanitarias, por el grave estado de salud del preso.
El preso, condenado a más de 3.000 años de prisión por su participación en 25 asesinatos, comenzó su última huelga de hambre el 7 de noviembre del año pasado e ingresó en el Hospital Doce de Octubre el 24 de noviembre. Pero no fue hasta el 12 de diciembre cuando De Juana Chaos comenzó a ser alimentado de manera forzosa por los médicos que le atienden en una unidad especializada del centro hospitalario.
De Juana reanudó su protesta, interrumpida tras permanecer sin comer desde el 7 de agosto hasta el 9 de octubre del año pasado, tras conocer la condena de doce años y siete meses por las amenazas que vertió en dos artículos en el diario 'Gara' contra el presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, y cinco directores de prisiones.
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