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La 'mochila de Vallecas' fue protagonista de la sesión de ayer del juicio por los atentados del 11-M. Las distintas declaraciones de los agentes de la policía que se encargaron de la custodia, traslado y recuento de los objetos hallados en los andenes, entre los que se encontraba la mochila, dejó claro que en ningún momento se rompió la cadena de custodia y que, en todo caso, la 'mochila de Vallecas' siempre estuvo bajo control policial.

La primera en declarar fue la agente que encontró la mochila entre una multitud de efectos almacenados en la comisaría de Puente de Vallecas en diferentes bolsas de basura. La noche del 11-M se le encomendó la tarea de realizar un inventario de los objetos conducidos a la comisaría desde la estación de El Pozo. Tras encontrar el artefacto sin explosionar, su primera reacción fue la «inmediata comunicación» a la subinspectora de la comisaría, que ordenó el desalojo del centro y dio el aviso a los TEDAX.

El «misterio» de la «teoría de la conspiración» sobre el origen de la mochila no es más que, a tenor de los testimonios, la descoordinación en el traslado de los objetos lógica tras una masacre como la del 11-M.

Por este motivo, la agente, que llevaba dos días de servicio en el Cuerpo cuando sucedieron los hechos, no anotó en el inventario en qué bolsa de basura se encontraba la 'mochila de Vallecas', y tampoco supo responder a las preguntas del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, sobre si recordaba el número de la bolsa que precedió al hallazgo del artefacto. Sólo pudo precisar que todos los objetos se agrupaban en «unas bolsas de basura oscuras» anudadas por la parte superior y que «no fue necesario romperlas» para acceder a los objetos que contenían.