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EUROPA PRESS-EIBAR
Simpatizantes de la izquierda abertzale increparon ayer por la tarde en Eibar (Guipúzcoa) al lehendakari, Juan José Ibarretxe, al que silbaron, mientras coreaban gritos como «PNV corrupto», «PNV español» «pucherazo electoral». Los hechos ocurrieron en el exterior del coliseo de Eibar, donde el lehendakari, Juan José Ibarretxe, participaba en un mitin electoral, junto al presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, el candidato a diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano.

Asimismo, se mostró convencido de que quien ha llevado a cabo una «campaña sucia del PSOE» recibirá «democráticamente su factura, sin prisas, y será «devuelta» por la sociedad vasca. En concreto, indicó que «no es de recibo» una campaña de esas características por parte de quienes, «como el PSOE, se han caracterizado por dar cobertura a procesos de corrupción y a políticos». En este sentido, indicó que el PNV ha hecho «lo que no hizo el PSOE», que es denunciar los hechos ante la Fiscalía.

En el exterior del edificio, se apostó una veintena de personas que portaban carteles en los que se podía leer «pucherazo no» y que coreaban gritos contra el PNV como «PNV corrupto», «PNV español», «PNV siervo de España» o «A favor del proceso democrático, ilegalización no», siguiendo la estrategia de intentar boicotear los actos electorales del resto de partidos políticos.

Los gritos, junto a silbidos, arreciaron en el momento en el que el lehendakari abandonó el coliseo, mientras que simpatizantes del PNV respondían con aplausos de apoyo a Ibarretxe.

El lehendakari afirmó en el mitin que la «campaña sucia» que, a su juicio, está desarrollando el PSE-EE en relación al presunto fraude en la oficina de la Hacienda de Irún, «a corto plazo», puede tener «sus costes», pero finalmente «les pasará factura».

Asimismo, tras reiterar el rechazo del PNV a la Ley de Partidos, defendió que ETA es «el auténtico obstáculo» que tiene Batasuna a la hora de hacer política, y consideró que la formación ilegalizada debe «reconocerlo públicamente». Por otro lado, manifestó su preocupación por la abstención, y aunque dijo entender el «cansancio y el cabreo» de la sociedad vasca porque las expectativas de avanzar en el proceso de paz se han visto frustradas.