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La gran promesa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para arrebatar al PP la Alcaldía de Madrid ha terminado en hecatombe electoral y estampida. Aunque la misma noche tras los comicios del pasado domingo el candidato del PSOE al Consistorio, Miguel Sebastián, anunció su intención de ponerse al frente de la oposición al alcalde electo, Alberto Ruiz-Gallardón, ayer las tornas habían cambiado y la comparecencia que protagonizó fue una despedida de la vida política: La apuesta personal de Zapatero para la capital solicitará a partir del lunes su reincorporación como profesor de la Universidad Complutense.

«La democracia se hace fuerte cuando uno gana y sabe ganar y cuando uno pierde y asume sus responsabilidades». En tono sobrio, solemne, el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid anunció su renuncia tras el descalabro electoral madrileño en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por el número 15 de la lista del PSOE para la capital, Pedro Sánchez, y el teniente de alcalde de Getafe, David Lucas. «Quiero anunciaros mi renuncia a mi escaño como concejal y que, a partir del lunes, pediré mi reingreso en la Universidad Complutense», apuntó.

«El resultado ha sido claro, la candidatura que he encabezado ha retrocedido en número de votos y en escaños», reconoció el ex candidato, subrayando que su dimisión es un acto de «coherencia».

Por otra parte, el presidente de la Fundación Pablo Iglesias del PSOE y número dos del partido hasta principios de los noventa, Alfonso Guerra, dejó entrever que no ha seguido con mucho interés la carrera política del ex director de la Oficina Economía de Moncloa. «¿Qué le parece la dimisión de Sebastián?», se le preguntó en los pasillos del Congreso. «No sabía nada -contestó-. ¿Y de qué ha dimitido? ¿Qué era?». Y cuando se le recordó que Sebastián fue el candidato a la Alcaldía de Madrid, Guerra interrumpió declarando con sorna: «¡Pero no habrá dimitido de candidato!».