Unas 10.000 familias barcelonesas pasarán una segunda noche sin luz, después de que a lo largo del día recuperaran el servicio los 70.000 abonados que seguían afectados.
La empresa seguirá trabajando a lo largo de la noche con el objetivo de que hoy el servicio esté restablecido en toda la ciudad, mediante grupos electrógenos y el uso de líneas alternativas, así como la instalación de un transformador móvil en la subestación eléctrica de Maragall. Durante la mañana, se restituyó el servicio a 30.000 de los 80.000 abonados dependientes de la subestación de Maragall.
Por la tarde, eran 50.000 los que seguían afectados, aunque antes del anochecer se consiguió reducir la cifra hasta los 10.000 abonados, que no se librararon de pasar otra noche a oscuras.
Las previsiones de Fecsa-Endesa contradicen el esperanzador anuncio efectuado por el conseller de Economía, Antoni Castells, al asegurar que todos los afectados por el apagón tendrían garantizado el suministro «en las horas valle» de la noche, es decir, aquéllas con menos consumo eléctrico.
No obstante, según ha afirmado en rueda de prensa la segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Imma Mayol, a Castells las eléctricas «le han dado unas informaciones que ahora no se están corroborando».
Desde la mañana, la perspectiva de pasar otra noche ha invadido de una mezcla de indignación y frustración a los vecinos y comerciantes de los distritos de Sant Martí, Sant Andreu, Horta-Guinardó, Gracia y parte del Eixample. El Ayuntamiento de Barcelona ha ido subiendo el tono de críticas a medida que el tiempo pasaba.
El histórico apagón, que llegó a afectar ayer a 350.000 abonados, lo que según la Comisión Nacional de Energía podría abarcar el millón de personas, ha motivado que el ministro de Industria, Joan Clos, comparezca a petición propia en el Congreso, tal y como lo habían solicitado CiU e IU-ICV.
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