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Para el PP el 37 Congreso del PSOE que arrancó ayer en Madrid se parece, más que a una reunión de un partido político, a una «cena de empresa». «Un congreso orondo en el que van a enseñar barriga, mientras las vacas flacas pastan al lado de los españoles», así calificó el vicesecretario de Comunicación del PP, Estaban González Pons, el conclave socialista con el que, aseguró, el PSOE «se mueve hacia la radicalidad».

La secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal reclamó que frente a cuestiones como la eutanasia, la laicidad o el aborto, que centrarán el debate socialista, hay que ocuparse «de lo que afecta a los ciudadanos de manera importante como es la subida de los precios o las hipotecas».

En esta misma línea, y «desde la amistad y el respeto» González Pons pidió a sus «amigos socialistas» que dediquen su Congreso a «hablar de las cosas que preocupan a los españoles», entre los que también «la crisis económica, el paro, la pérdida de empresas y las dificultades con las que millones de españoles afrontan las vacaciones y la vuelta de vacaciones este año».

Pero donde estuvo más locuaz el vicesecretario de Comunicación del PP fue a la hora de criticar el tono de «autocomplacencia» que a su juicio tendrá el «congreso-sonajero» del PSOE. «Va a haber una verdadera exhibición de opulencia ideológica y autocomplacencia política mientras los españoles en la calle lo están pasando mal», afirmó el dirigente popular que aseguró que el cónclave socialista será «un congreso orondo en el que van a enseñar barriga, mientras las vacas flacas pastan al lado de los españoles». «Más que un congreso», continuó Pons, será «una cena de empresa, en la que el jefe pone fecha, se hace el guía y el enrollado hablando con gente con la que normalmente no habla a lo largo del año».